sábado, 11 de abril de 2009

De Nietzche. LA GENEALOGÍA DE LA MORAL

El lenguaje entiende y mal entiende que todo hacer está condicionado por un agente, por un “sujeto”. Es decir, del mismo modo que el pueblo separa el rayo de su resplandor y concibe al segundo como un hacer, como la acción de un sujeto que se llama rayo, así la moral del pueblo separa también la fortaleza de las exteriorizaciones de la misma, como si detrás del fuerte hubiera un sustrato indiferente, que fuera dueño de exteriorizar y, también, de no exteriorizar fortaleza. Pero tal sustrato no existe; no hay ningún “ser” detrás del hacer, del actuar, del devenir; el “agente” ha sido ficticiamente añadido al hacer, el hacer es todo. En el fondo el pueblo duplica el hacer; cuando piensa que el rayo lanza un resplandor, esto equivale a un hacer-hacer: el mismo acontecimiento lo pone primero como causa y luego, una vez más, como efecto de aquella. Los investigadores de la naturaleza no lo hacen mejor cuando dicen “la fuerza mueve, la fuerza causa” y cosas parecidas, - nuestra ciencia entera, a pesar de toda su frialdad, de su desapasionamiento, se encuentra aún sometida a la seducción del lenguaje y no se ha desprendido de los hijos falsos que se le han infiltrado, de los “sujetos” (el átomo, por ejemplo, es uno de esos hijos falsos, y lo mismo ocurre con la kantiana “cosa en sí”): nada tiene de extraño el que las reprimidas y ocultamente encendidas pasiones de la venganza y del odio aprovechen a favor suyo esa creencia e, incluso, en el fondo, ninguna otra sostengan con mayor fervor que la de que el fuerte es libre de ser débil, y el ave de rapiña libre de ser cordero: con ello conquistan, en efecto, para sí el derecho de imputar al ave de rapiña ser ave de rapiña…

Nietzche denuncia tres errores o ilusiones encadenadas. La primera es el origen de la cadena y las otras dos se siguen de ella.
1. Primer error, del lenguaje mismo: La separación sujeto/predicado no expresa bien la acción, los acontecimientos. Lo único real es el acontecimiento.
2. Segundo error, consecuencia del primero: si el sujeto es separable de su acción, el sujeto es libre, ya que podría no hacer lo que hace.
3. Tercer error, que se sigue de lo anterior: si el sujeto es libre, su acción es ética y puede ser reprochable moralmente .

La postura podría ser llamada un neonominalismo, el cual ya no se limita a sostener que lo único real son los individuos concretos; lo único "real" es, ahora, el acontecer.