PARADOJA FAMOSA
Érase una vez un pueblo perdido en las montañas.Un día, el barbero quiso promocionar su barbería y puso un cartel: AFEITO A TODOS LOS QUE NO SE AFEITEN A SÍ MISMOS.
A los pocos días pasó por la puerta un joven, que se preguntó: ¿este barbero se afeitará a sí mismo?
Seguramente sí - se respondió. Y exclamó inmediatamente: Ah, pero no debería hacerlo porque dice afeitar a los que no se afeitan a sí mismos.
Pero reflexionó de nuevo: tal vez no se afeita. Ah, pero en ese caso debería, si dice que afeita a los que no se afeitan!
Entró el joven y le comunicó sus dudas al barbero, quien inmediatamente retiró el cartel.
Desde ese día el pueblo fue un poco menos feliz porque la paradoja, que perturba las inteligencias, pasó a habitar en él.
(En vez de con historias de barberos - y, consecuentemente, con algo más de precisión - Bertrand Russell expuso este pensamiento con la terminología de la Teoría de Conjuntos. La paradoja, con justicia, lleva su nombre. A partir de ella el pueblo de los matemáticos - al igual que aquel otro - quedó conmocionado.)
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